El pasado noviembre se celebró en Glasgow la COP26, la 26ª Conferencia de las Partes sobre el Cambio Climático, presidida por el Reino Unido en colaboración con Italia.
Esta cumbre podría haber ido mejor, dicen muchos, pero sin duda ha llamado la atención de todos sobre un tema muy importante que afecta a la vida de todos nosotros.
Muchos compromisos, algunos de realización incierta, muchas promesas y una certeza: la necesidad de acelerar los esfuerzos mundiales para frenar el cambio climático para 2030.
Uno de los objetivos es el de cero emisiones netas para 2050.
Este es el punto de referencia que se ha convertido en ineludible. No sólo bastan las directrices de los países que han asumido este reto anunciando compromisos de neutralidad de carbono. También necesitamos la contribución de todos los actores implicados en las distintas cadenas de suministro.
Por ello, la campaña Race to Zero está activa. Un programa de la ONU que moviliza a todos los actores no gubernamentales, es decir, empresas, ciudades, regiones y universidades, que se comprometen a la neutralidad del carbono.
Nosotros, como Compass DHM projects , nos hemos unido a Race to Zero.
Aunque no tenemos un papel directo en los Acuerdos Globales, hemos decidido ponernos en el terreno de la descarbonización antes de 2050. Además de nuestro compromiso de neutralidad de carbono, tenemos un plan para reducir las emisiones para 2030.
Construir una infraestructura resistente y promover la innovación con vistas al desarrollo sostenible.
Este reto que hemos asumido tiene una visión a largo plazo, que implicará a todos los actores de nuestra cadena de suministro. Desde los productores de materias primas hasta los productos semiacabados, desde la transformación interna hasta los servicios logísticos en los que confiamos.
Llevamos un año asumiendo este objetivo. Impulsados por las diferentes situaciones que se han producido, especialmente con la pandemia del covid-19, hemos llegado a un punto, que más que ser una llegada fue una salida.
Necesitamos una visión de 360º que nos lleve a una concepción más amplia del desarrollo sostenible.
La gestión del impacto social, medioambiental y económico de las cadenas de suministro (supply chains) es un aspecto importante para una empresa. Y la sostenibilidad de la cadena de suministro se reconoce ahora como un componente clave de la responsabilidad empresarial.
Sin embargo, las cadenas de suministro consisten en mercados y relaciones en constante cambio.
¿Qué es la sostenibilidad de la cadena de suministro?
La sostenibilidad de la cadena de suministro es la gestión del impacto medioambiental, social y económico y el fomento de las prácticas de buena gobernanza a lo largo del ciclo de vida de los bienes y servicios. El objetivo, por tanto, es crear, proteger y aumentar el valor a largo plazo para todas las partes implicadas en la comercialización de nuestros servicios y productos.
¿Por qué es importante la sostenibilidad de la cadena de suministro?
Hay varias razones por las que las empresas se embarcan en un viaje de sostenibilidad. El primero es garantizar el cumplimiento de las leyes y reglamentos aplicables y adherirse y apoyar los principios internacionales de conducta empresarial sostenible.
Realizar cada vez más acciones que tengan un mejor impacto social, económico y medioambiental, ya que esto aporta importantes beneficios a la sociedad.
Vivimos en un mundo cada vez más consciente. Por eso debemos hacer que nuestra cadena de suministro sea sostenible hoy, ya que así se reducirán los riesgos y aumentarán los beneficios para todas las partes implicadas.
Una pequeña contribución para un gran objetivo. Sólo con una amplia participación será posible un cambio histórico de la civilización hacia la transición a la neutralidad climática.